El profesor Juan Velarde Fuertes inaugura este viernes el Foro Económico 2007, organizado por CEOE con el patrocinio de Caja Duero y La Opinión-El Correo de Zamora. El reputado economista hablará de las relaciones económicas en el espacio fronterizo. Una relación que se consolida tras la entrada de España y Portugal en la UE y que puede determinar el futuro de Zamora. El Foro se celebra en Caja Duero, a partir de las 20.30 horas.

- Va usted a hablar de "Desencuentros y encuentro Hispano-Portugués. Reflexiones desde una provincia transfronteriza". ¿Cómo ha cambiado la realidad del espacio transfronterizo?

- Ha cambiado radicalmente. Las economías española y portuguesa se han dado la espalda sistemáticamente, salvo un conato de conexión en los siglos XVI y XVII, que había comenzado a funcionar bien. Pero, a partir de 1680, esa conexión se cortó y se establecieron dos modelos de economía tan diferentes en cada país, que no había manera de engranarlos. Y la raya acusó eso: la zona transfronteriza estaba de espaldas a España y sin posibilidades de conectar con la economía portuguesa, salvo un mínimo contrabando sin significación alguna.

- O sea, una situación de marginalidad.

- En Zamora se produjo un impulso evidente de otro conato de conexión durante la Dictadura de Primo de Rivera, cuando los nacionalismos español y portugués generaron algunos acuerdos: el aprovechamiento del tramo internacional del Duero a efectos de transporte y de energía eléctrica. Pero todos sabemos que la energía eléctrica no tiene efectos en la renta, porque las tarifas están unificadas y cuesta lo mismo el consumo en Zamora que en Madrid.

- ¿Defendería el establecimiento de bonificaciones para las provincias productoras de energía eléctrica?

- Sólo expongo un hecho, sin vuelta de hoja: tener energía eléctrica no atrae por sí mismo la actividad. Lo otro (las bonificaciones) es más complicado. Lo que quiero decir es que el aprovechamiento del Duero no sirve de nada a Zamora si en otros sitios encuentran otras ventajas.

- Pero estábamos hablando de la situación transfronteriza, ¿cuándo se produce ese encuentro hispano-portugués?

- Entre ambos países siempre existieron tensión, recelos, miedos, que hacían imposible el entendimiento hasta que les fue impuesto desde fuera en 1985, con la entrada en la Unión Europea. La meta de los soñadores que postulaban una Unión Ibérica Económica se hizo realidad en 1993, al venirse abajo los aranceles. Eso ha producido un cambio en el mapa del desarrollo en España. Y los empresarios pueden tardar en enterarse de esos cambios, aunque ahora ya los conocen.

- ¿En qué se traduce ese cambio?

- Todo mercado importante necesita conectarse con el exterior. Por una parte está la conexión el Este, la del Arco Mediterráneo que lo hace a través de la Europa deprimida, el sur de Francia. Ese eje lo componen las regiones cuyo PIB está por encima de la media de la UE; son las autonomías más pegadas a Francia: Cataluña, Baleares, País Vasco y Navarra. Madrid también está conectada a ese eje del Noreste y con el valle del Ebro. Pero ahora hay también otra salida, que incluso ha sido señalada por el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, que antes que político es profesor de Economía.

- ¿El eje Atlántico?

- El frente Lisboa-Oporto que se comunica por la Europa rica, esa media luna formada por Londres y el sur de Inglaterra, que pasa por la Francia próspera, el Benelux, Francfort, para terminar en Milán. Un frente que entraña también la conexión marítima con Estados Unidos y Asia-Pacífico. Todo ello propicia el crecimiento económico de la zona fronteriza. Es lo que le ha pasado a Zaragoza, que se encuentra en el camino de Madrid. Ahora lo mismo le puede suceder a Zamora, Salamanca, Cáceres y Badajoz. Los ejes del Duero y del Tajo empiezan a generar actividad industrial y comercial.

- ¿Prevé un giro en las políticas de desarrollo que hasta ahora han apostado descaradamente en exclusiva por el arco del Mediterráneo, en detrimento del oeste?

- Es que el oeste parecía que no iba a crecer nunca. Y donde no existen posibilidades de rentabilidad, no se invierte. Y menos en infraestructuras: la primera autopista que se construyó fue la del Mediterráneo. El mundo inversor no es sensible a asuntos del corazón. Pero ahora, lo que crece es la cornisa del Atlántico. La tradición decía que lo rentable era invertir en el este y en el Centro, pero ahora, pensar en el oeste es también una buena apuesta. Eso lo ha visto muy bien Julio Alcaide, al estudiar el crecimiento de las provincias. Las que más crecen son de Orense para abajo, incluida Zamora. Quién iba a pensarlo, es todo un fenómeno. Naturalmente que aún falta mucho, pero la velocidad de crecimiento es evidente desde que empezaron actuar los mecanismos europeos.

- En ese esquema que plantea, contar con las infraestructuras necesarias en ferrocarril y en carreteras resulta absolutamente imprescindible.

- Lo contrario sería dar libertad de movimientos a un inválido. Cuando hay rentabilidad y existe presión social, los gobiernos acaban siempre por acelerar esas infraestructuras.

- Es que, en particular la autovía a Portugal, se recoge en el Plan Viaria del Gobierno, pero lo que se plantea desde Zamora es ¿cuándo?, porque el tiempo no corre, precisamente, a favor de una provincia con dificultades en su desarrollo económico.

- La prioridad es muy importante y hay que saber jugar bien la carta portuguesa. Es también el momento de los parlamentarios. Los diputados y senadores tienen que tomar la palabra y actuar. No se están pidiendo locuras, qué sé yo? una Universidad Politécnica.

- ¿Le parece descabellado apostar por tener un campus universitario con más titulaciones?

- Una universidad sin excelentes profesores y sin excelentes instalaciones viene a ser como engañar a los estudiantes. Ya es hora de señalar lo que en definitiva acaba siendo una colosal estafa a los alumnos. Nunca se podría competir con Salamanca. Puedo asumir reivindicaciones como autovías, ferrocarriles, instalaciones fijas relacionadas con los ordenadores, que son esenciales para el desarrollo de los servicios. Pero hay otras que me parecen un "viva Cartagena" por su bajísima rentabilidad.

- ¿Sería más defendible proponer una conexión ferroviaria entre Oporto y Zamora?

- Eso sí sería una gran cosa. Los portugueses están pendientes de qué vamos a hacer los españoles con la Alta Velocidad. Saben que Oporto y Lisboa son terminales de esa línea, y quieren saber por donde va a entrar la línea. Zamora debe estar pendiente de la desviación hacia Oporto.

- En la capital ha surgido también un debate sobre las importantes repercusiones económicas que tendría para la capital alojar el puerto seco de Oporto.

- Si se dan las infraestructuras adecuadas no se va a necesitar mucho más para que Zamora se beneficie de su cercanía a Oporto, la conexión va a existir de forma automática. El mundo empresarial internacional es muy poco tonto. Se mueve buscando zonas de potencial crecimiento. Lo que deben hacer las autoridades zamoranas es ofrecer suelo disponible y barato a las empresas interesadas. También debería apostarse por la creación de parques tecnológicos, y ahí si puede aprovecharse la relación con universidades: la de Salamanca, la de León e incluso la de Oporto. Sería incluso más importante que conseguir el puerto seco. Porque en esa zona sólo está el parque de Boecillo (en Valladolid) y no funciona muy bien.

- En vista de su opinión sobre el futuro de Zamora, una no sabe muy bien en qué lugar dejar los estudios de La Caixa y BBVA que siguen señalando a la provincia como la que tiene el menor índice de bienestar.

- Es que una cosa es el futuro y otra la realidad actual. Las cifras cantan, y Zamora está muy al final del resto de provincias españolas. Existen ejemplos de despegues fulgurantes a nivel internacional y nacional. Veamos el ejemplo de Irlanda, cuya renta ha superado ya a España, a Inglaterra y está a punto de rebasar a Italia. En España tenemos el caso de Zaragoza, beneficiada por estar en la encrucijada de Madrid hacia el Mediterráneo. Lo importante es estar en el sitio adecuado, conseguir infraestructuras y complementos, además de condiciones medioambientales adecuadas. Y una cosa muy importante: unas buenas instalaciones educativas hasta el nivel de secundaria. Los chicos van a la Universidad de otras maneras, aquí y en el resto del mundo. Pero contar con unas buenas enseñanzas Primaria, Secundaria y Formación Profesional garantiza tener mano de obra especializada. Es algo fundamental.

«La inmigración es la solución a la baja demografía, pero con el reto de integrarles»

- Si la caída de las fronteras económicas acaba con una situación de marginalidad en Zamora ¿cómo corregir el factor negativo de la despoblación?

- Eso se soluciona con inmigración, que puede ser selectiva o no selectiva. Selectiva sería la llegada de europeos orientales e hispanoamericanos que suelen tener una cierta formación. La no selectiva sería la de africanos que frecuentemente no cuentan con esa preparación y se dedican a los trabajos más duros. Porque dudo que la natalidad crezca.

- ¿Ni siquiera con apoyos a la natalidad como el Plan que ha puesto en marcha la Junta de Castilla y León?

- La experiencia en países como Francia, donde hace tiempo que existen este tipo de incentivos, es que los incrementos de renta que se dan no llegan siquiera a reponer la población. La media de hijos que debería tenerse para garantizar la reposición de población es de 2,1 hijos por pareja y en toda Europa andamos por uno y pico. En España estamos todavía por debajo de ese porcentaje.

- ¿ No cree usted en la eficacia de las políticas que defienden ahora las administraciones de toda Europa para incrementar la natalidad?

- Creo un poco, pero muy poquito. Existe una gran verdad demográfica: cuanto más crece la renta, más crece la población.

- Entonces, la inmigración puede ser una buena salida para todos: inmigrantes y europeos.

- Sí, y no pasa nada. Bueno, no pasa nada si somos capaces de integrarles. Es algo que ya se produjo cuando los españoles emigraron a Hispanoamérica, por ejemplo. Cuando los emigrantes asturianos en Argentina cantaron "Asturias, patria querida", decían "quién estuviera en Asturias en algunas ocasiones". Sólo en algunas, porque en realidad, ellos se sentían argentinos. La integración es toda una tarea seria, que ahora aguarda a España.

«Una crisis afectaría a todos, pero no disminuiría posibilidades»

- ¿Esas buenas perspectivas que usted dibuja para la provincia podrían ensombrecerse en caso de una recesión internacional?

- Si hay crisis afectará a todos. Y no es descartable que se desencadene una crisis terrible en Estados Unidos. Pero eso no disminuiría las potencialidades de una determinada zona. El diferencial siempre actúa a favor de quien tiene mayores posibilidades de desarrollo.

- ¿Qué opina sobre la posibilidad de volver a explotar el Duero como río navegable que ha intentado una empresa zamorana con el puerto fluvial de Vega Terrón en Salamanca?

- En Europa los canales son muy rentables, por lo que nunca sería descartable esta posibilidad. Lo que ocurre es que, hoy en día, los avances de la tecnología son tan grandes que quizá el papel de los canales haya descendido. No obstante, siguen siendo importantes y no pasa nada por estudiar esa opción de recuperar el Duero navegable entre Portugal y España, como alternativa para el transporte de mercancías.



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